Justo antes de que llegaran los pedazos de tronco muerto que habian comprado para proteger la vida, con razon reflexionó eso su inconciente.
Viste una forma, un camino,
¡¡Encontraste el otro espejo!!
Fue un momento que se quedó
que milagro que no has dicho nada, es su piel que te intimida, que simple, asi es no es asi, jajaja ya pues, no juguemos a las psicosis. Tu no sabes nada de poesía y yo no se nada de estupideces.
El lugar en el que estoy ya ha ocurrido siempre -¿cómo explicar varios niveles de presente?, las puras cosas malas resaltan con esta luz de sol viejo.
... en cuanto le dije viejo se puso fuerte, le dió por el vigor. Se hubiera destruido si yo hubiera creído que no se atrevería a hacerlo. Salí a verlo a la cara, dejó de hacer lo que estaba haciendo...
Etiquetas: La casa profunda (segunda parte)