El Sol
Mañana, con pulsos te diré que lo que escribiste me lo dediques a mí. Que haya descifrado el péndulo realmente, potentemente, mágicamente, telepáticamente, correctamente el imperceptible paso del tiempo a gran distancia. A veces de miedo me quedo callado, me tengo miedo por que te adoro.
Ayay la constante universal que en todos los sentidos me desprende y despierta, me invita a un amanecer en la playa para ver la arena morada, azul y luego casi blanca; a lo lejos es amarilla. A veces no te tengo miedo.
Ayay la constante universal que en todos los sentidos me desprende y despierta, me invita a un amanecer en la playa para ver la arena morada, azul y luego casi blanca; a lo lejos es amarilla. A veces no te tengo miedo.
Etiquetas: La casa profunda (segunda parte)
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