Versos

La última que sale de mis ojos se despide poco a poco
no se va bien,
se queda como día mágico,
dice a todos lo mismo muchas veces,
con la voz en alto,
empieza buscando el matavenados la protección de sus amigos,
el doble negro espíritu de las espinas,
de las ramas secas.
Se dijo todo con palabras de reluciente plástico,
se formo una poesía con los hermosos nombres de los capítulos de un libro de Octavio Paz.
Después, bajo los contrastes de Silvio Rodriguez llueve una de sus poesías al universo,
a la revolución de la galaxia.
Luego una poesía de tierras amarillas, de flores moradas.
Un mensaje directo de Dios. Matemático.
Un mensaje de sexualidad color pastel
limón matutino que sirves de suelo a todo el universo,
en ti pisa Dios.
Fotos de luz, siempre todo con fotos de luz,
es la poesía de cada quien.
La poesía de la ciudad más grande del mundo.
Conocimiento a través de la música.
Si, siempre si.
Puede que escape de todo,
puede que todo empiece pronto,
para mi y para todos,
el tercer ojo, el sexto sol.
El atardecer anaranjado eterno
en la poesía no hay principio,
no cuenta con pasado.
Ningún verso se recuerda ya,
 a los versos se los lleva también el viento,
pocos versos vividos se recuerdan al pie de la letra.
Pocos versos significan cosas que duren más que su porción de presente,
muy pocos alcanzan arrastrarse por el tiempo un poco más.
Los pocos que llegan llegan deformas,
parcialmente olvidados,
con palabras de luz y palabras de oscuridad,
palabras que tratan de atesorarse
que huyen de nosotros, de la luz,
hacia allá, a ese útero de su madre que es la oscuridad.