jueves, 20 de diciembre de 2012

Dolor de cabeza bajo luna con forma de anillo


Un especialista revisa las bocas de desconocidos
para encontrar en ellas una oportunidad.
Sus palabras se vuelven más lentas con los años,
va perdiendo su credibilidad,
al contrario de lo que pudiera creerse.
Quizás detrás de este eco físico
se encuentra la metáfora de una puerta,
pequeña entrada a la gran roca,
donde se sueñan todas las cosas que se quieren,
todas esas cosas que ya se tienen.
Dejan todos de romper lo que estaban rompiendo
para ordenar algo una vez a la semana,
casi siempre algo que no es importante.
Salvia impostora,
has hecho que a todos los peatones se les vea la boca más grande,
has escapado del mundo de los sueños.
Has vuelto a la vida de los vivos por un poco de café,
ya traes el pelo bien largo,
y las uñas ya casi desaparecen
y aquí ya casi nadie se acuerda de ti.
Sólo aquí Cristo cree que comes,
en otras partes Cristo cree otras cosas,
en cada lugar Cristo tiene una mamá.
En este caso, es nuestro vínculo más secreto.
Ya dijeron las voces de los poetas:
anuncios perdidos en medio de la ciudad,
vieja y amarilla a la orilla del campo.
Ciudad enfrente del desierto
donde nacieron los otros versos malditos,
molestos ruidosos,
sucios, cortados.
No tiene caso que espere,
en el sueño estará mi arte
y aún allá conmigo,
esta duda que también aquí está.

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