sábado, 1 de diciembre de 2012

El malentendido educado

Egoísta, te perdiste mi manzana verde,
no entendí por qué no me levantaste.
Jamás te enteraste de la fama de mi gato,
de sus fotos amarillas,
de sus regulares desenfoques.

Quizás solo hiciste lo mejor que pudiste,
quizás hiciste todo por mi,
por no herirme en estos exagerados contrastes,
en los que ves de mañana y llegas de noche,
con tus ojos luz de luna,
que me ven caminando entre los cerros y me ignoran,
tu forma correcta es la explicación que te exonera.

Hablo mal de ti a tus espaldas
mientras te escucho y tu no me ves,
mientras te ignoro antes de dormir.
Tendré un sueño lúcido hoy.

Arriba de todo lo que no pasó.
Lo que no nació se quedó dormido.
Toda la imagen que surgió,
que se arrimó para evitar el frío pre revolucionario.

El silencio parece que ya se va,
se ha llevado sus tardes cerradas,
ha dejado las calles abiertas para que recorramos una cada día.

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