viernes, 30 de noviembre de 2012

La terquedad del ruido

A la lengua se le olvidó para que existen las palabras,
o apenas se dio cuenta de que si ya carecen de significado pues no tiene mucho caso mencionarlas.
Como un perro ladrándole a un gato, como un gato maullándole a un perro.

¿Cuándo se dará cuenta de que tampoco tiene mucho caso escribirlas?
¿Cuántos versos mas quedarán sepultados?
¿Cuántos versos quedarán aún volando cuando todo lo demás quede sepultado?

Que ya deje de llover sobre las ruinas exigentes de futuro.
Antes que todos los símbolos sean borrados.
Antes que otro perro me tumbe de la cama.

Entre versos paso de alter egos a persona persona.
Por eso son versos ya prohibidos,
versos que no se deben dejar leer por freudianos inmediatos.

Se debe dejar de hablar, no de escribir,
igual siempre se dice lo mismo.

Se perdió el ritmo junto con el significado,
creo que por hoy, como la lengua, ya no tengo nada que decir,
solo queda la terquedad de no quedarse callado.

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