viernes, 12 de octubre de 2012

El sol centinela

El sol va y viene como siempre,
no como yo que no me voy nunca,
no como yo que me quedo esperando a que haga menos frío,
no como yo que me quedo esperando a que se seque la lluvia,
que por supuesto, no termina de secarse.
La fuga es un verso que no se termina nunca de escribir.
La fuga es una poesía que se termina a medio verso,
porque tampoco hay poesía infinita,
solo la realidad neta,
no la física ni la indefinible,
mucho menos la mental-espiritual.

Todos los caminos están abiertos para quien no teme a la lluvia.
Todos los caminos están cerrados para quien teme la suciedad.

Los celos no reaccionan,
todo lo justifican,
todo comparan y nunca nada resulta lo mismo.
Siempre gana uno y pierde el otro,
ese hueso tonto que nada entiende por completo.

Todas las distancias en tierra pueden ser violadas,
no hay más,
siempre es así,
primero un perro y luego otro.

La humildad ya ha perjudicado bastante,
la bondad es muy fácil de malinterpretar,
portarse un poco bien es barato,
portarse lo suficientemente bien resulta casi imposible dentro de las garras de un oso caprichoso.

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