lunes, 17 de febrero de 2014

Hablar sin parar



Hablar sin parar, nunca dejar de decir nada, hablando seguido entre el burbujear de la comida, lento entre las peleas, dudas y preguntas, opciones aceleradas, pláticas aceleradas en el zumbar de la velocidad universal. Escribir. Escribir, no decir nada, decirlo todo, siempre de la peor manera, de la manera más simple. Locura enterrada, oscuridad temida y envidiada. Coraje veloz es bueno, es bueno.

Los pájaros son los más aptos para hablar, por eso son los que cantan más bonito. Me los como ya muertos, ya muertos me como sus canciones. Yo a ni uno mato, a ninguno. Estoy desubicado en la sociedad, no sé cómo organizarla, no tengo idea.

Filosofía, no creí que estuviera tan dividida. Engels, la claridad humana, el Cómo tranquilo, la idea después de la muerte nadando en un río helado.

Escuela de caballeritos, decentes, pulcros, jamás abandonados. Error surrealista super caliente. ¿algo irá a pasar?, algo descompuesto, loco, sin nada que decir en la eternidad de la palabra, ya dije todo lo que se me puede ocurrir, ya no se me puede ocurrir más, ¿con tan poco ya lo abarqué todo? ¿si? Todo fue tan poco, que poco. Sólo sis repetitivos, si si si, dulce, tibio, sexo, si, si , si, ahorrar, ahorrar, ahora si, procurar la acumulación de la misma manera que se procura la hierba, la flor, mejor dicho. La Flor.

Sírvaseme vino para despedirme de todos los iluminados que estas líneas sin bacilar encandilan.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio