domingo, 2 de febrero de 2014

Escuchaba cada parte de la música



Escuchaba cada parte de la música, solamente una canción nomás y me quedé dormida

- Saca una manzana.
- Sácala tú.

Bostezaba, cambiaba de personalidad: Dylan, Octavio Paz. Con Diego no siento lo mismo. Hoy la vi y me volví a dormir, amando… Dos venados miran el espíritu del venado, verde, con espinas, con dorados en su pelo corto al clásico atardecer oscuro pero con sol rojo fuerte. Ha venido el espíritu del venado aunque siempre ha estado aquí. Apenas lo vamos viendo, se transforma poderosamente en noche normal. 12:03, 3:12. Rebota el brillo del rostro entre música. Una ratona dormirá con nosotros. No te va a dejar dormir, ni modo, x.

Murió la planta, bueno, está muriendo. Fue aplastada por si propia tierra. Llovió sobre sí misma. Se acabó el sueño olímpico de flor hija-flor madre. Los últimos decires se han vuelto aun más oscuros, como la noche cuando se vuelve ultranoche, cuando se apaga la última estrella y se queda la noche vacía. El gato escribió nada y se desató una tremenda discusión filosófica, andar y no andar, tú, tú, tú.

-          No sé cómo me siento, cómo sólo un ojo demasiado cansado, apunto de dormirse.

Bostezaba, divagaba, planeaba, deseaba, solucionaba, imaginaba, cantaba, veía, tripeaba.

A punto de dormir un poco, mientras comienzan las insensateces. Gato flaco comiendo arañas, su nombre: Diógenes.

Ya quiero leer los libros de los humanos, todas sus obras, todos sus temas. Qué importancia tienen. Quiero saber más sobre esa persona.  

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