Mujer

Me harta que me estén hablando,
me harta escucharlos hablar.

Saturada
pero explotando en colores
en el calor de la vía correcta.
Hirviendo en riesgo
y en una agradable indiferencia total,
gruñendo por toda la tarde,
dices las ganas que tienes de que yo haga cosas,
analizas igual que yo desde la cueva subterránea,
esperanzo bajo cero.

Conectada con las glándulas del futuro ser soberano,
la inteligencia pura,
desafiando la gravedad,
creciendo hasta las escurridizas estrellas.

No termina la lluvia de tu pelo café nunca,
la belleza tuya que aprecio desde mi negro telescopio,
que corre detrás de ti,
persiguiéndote por las calles
a la velocidad del sonido,
igual de rápido que tu.

Hay tardes en las que no te mueres,
en las que eres una planta de lianas negras con hojas negras,
planta de sombra blanca,
mueves los labios inmóvil en tu bosque mental de ramas negras de hojas negras.