domingo, 10 de marzo de 2013

Fundamentos de ingobernabilidad

Explosión que despierta con la primera luz del amanecer en el mar,
renglones super leídos que comprometen,
cartas en las que ya no se tiene nada que decir,
cartas llenas solo de estampas.
Fotografías nuestras del momento perfecto.
Hablaremos siempre sin temas.

Llena de lunas llenas,
de dulces luces tibias,
de melodías bellas e inteligentes.
Como signo extinto.

La perfección se vuelve más sencilla,
empiezo a encontrarla en casi todas partes,
sin ningún miedo ya,
malgastando mis ganas de sentir.

Ente que quiere ser parte de todo,
que se atreve a entristecerse por acontecimientos que son ajenos a su vida,
se incluye a si mismo en asuntos ajenos.

¿Qué onda con la belleza de ser Dylan?
¿Qué onda con decir las cosas cantando?
Lo que dicen cuando cantan.

No me lleves contigo
como haces con los cigarros que escondes y te fumas con otros.

Esperaremos a que llueva,
a que dejen de buscar pequeños dioses dentro de mi.

Al fin somos libres.
Hasta el último año pudimos ser libres por primera vez.
Fuimos felices los últimos meses,
antes que amaneciera el día más largo de todos,
el verdadero primer día de luz.
El nuevo inicio de la gran vuelta.

Actualidad eléctrica de colores a la que cierta parte de la realidad ha llegado.

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