Espero, pienso, fumo.
La esperanza me espera desesperada en la sierra.
Ya me llaman sus espinas,
ya conocen los tres sonidos de mi nombre,
Ya esperan mi frío eclipse.
Ya quiero su nieve fuera de mi cueva olorosa a vino.
Ya quiero mi vela orgullosa acreditándose la creación de las paredes.
Ya quiero ese sol anaranjado en cada letra de mi nombre.
Ya lo quiero como medusa en la mañana.
Ya lo quiero como a un reloj de luz
contándome histerias de un parque.
Espero, pienso, fumo.
Espero que bajo la estatua derrotada,
tan joven que aún sus colores brillan.
Su nombre será solo en mis sueños.
Etiquetas: Dios es obvio 1
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