Sueño perdido en tus soledades ocupadas, en tus tardes nubladas de hierba, una linea en un camino cobarde donde las palabras correctas se fueron montadas en luces anaranjadas que seccionaban nuestras almas.
Sediento y sin ningún segundo de duda. Quizás yo también huyo con la luz a la seguridad de mi jaula, al paraíso con mi dios.
Miles de ojos en las cabezas de miles de gatos, ojos verdes, ojos claros, ojos cafés, ojos casi negros.
No existo, en ningún lugar existo, en todos lados soy una gota de río, corro transparente, sin ser detectado, nadie supo si me conoció de día o de noche.
Al final del día, dios, el hijo de la noche, padre de la gravedad, llegó con su piel, el máximo momento de la caricia, su cabello hecho de noche por supuesto,
Y a dios le gustó que sus hijos lo vieran y vio también que todo esto fue bueno para él.
Sediento y sin ningún segundo de duda. Quizás yo también huyo con la luz a la seguridad de mi jaula, al paraíso con mi dios.
Miles de ojos en las cabezas de miles de gatos, ojos verdes, ojos claros, ojos cafés, ojos casi negros.
No existo, en ningún lugar existo, en todos lados soy una gota de río, corro transparente, sin ser detectado, nadie supo si me conoció de día o de noche.
Al final del día, dios, el hijo de la noche, padre de la gravedad, llegó con su piel, el máximo momento de la caricia, su cabello hecho de noche por supuesto,
Y a dios le gustó que sus hijos lo vieran y vio también que todo esto fue bueno para él.
Etiquetas: Radio Madrugada


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