Escondiste tres piedras en mi pecho mientras buscábamos colibríes
Escondiste tres piedras en mi pecho mientras buscábamos colibríes,
una piedra blanca encarnada en los pulmones,
una piedra guinda atorada en el esófago
y una piedra anaranjada en lugar del corazón.
Eras un sueño dorado bajo el sol.
Eras todos esos bebes viendo pájaros construir nidos.
Eras lo que se llevaba el río de oro.
Eras el escándalo ahogado.
Eras el mediodía esperándome enojado.
Eras mi apuro,, enemiga de la medusa.
Ecos de cartas y ecos de mapas.
Etiquetas: Dios es obvio 1
0 comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio