en la orilla de muchos ríos
Lo que quedó de los días verdes se esconde aún bajo el agua lodosa,
tibia y con el olor del calor.
La estrella amarilla entre todos los cafés,
ondeando entre el café más claro y el café más oscuro.
Muerte calientita bajo el sol.
Muerte de cerebro pequeño.
El agua sabe a mi hierro.
Yo soy el color en lo anaranjado.
Inerte entre el café indiferente.
Etiquetas: El loco de oro I
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