El humo marihuano de dios
Este tiempo no llega a ser mío
ni aunque no se lo de a nadie,
solo la mañana es quien parece quedarse con el.
Viene llegando por el océano
el humo marihuano de dios
cruza el mar y las cimas
cruzan los altos y los semáforos.
Enrarece el centro de la ciudad
en donde todo se pierde a unos metros.
Caras que no quieres volver a ver
y caras que se parecen mucho a las que ves tos los días.
El humo marihuano de dios
no alcanza la periferia,
solo en las blancas mitocondrias un poco de THC alcanza las villas
donde mi mujer me espera
atea y sexual
a que le platique de dios en todos los idiomas.
Etiquetas: Renacimientos IV
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