lunes, 1 de noviembre de 2010

El altar

El altar de siempre pero con su nueva evolución:
un viejo cielo para los viejos príncipes de nombres irrecordables,
diferentes lineas que llegan del mar me llevan a él
(luz que se esconde por un tiempo debajo del suelo).
Hay semillas de la reina de las flores,
la más peluda y brillante.
Hay troncos con los que se hacen tes para seris enfermos.
Se desliza su piel café hacia el suelo del mismo color.
Cae formada por rudos vientos fríos y calientes.
Se forma débil pero perfecta.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio