Fotografía de una mujer que saltó en la luna
Un río de rostros tuyos hasta el infinito.
Río valiente ves todo azul.
Puedes ver el principio con tus ojos y tus cejas tristes,
tu mirada es una grosería encerrada,
asustada y que desaparece bajo los ruidos del calor.
Cabezas de venado para tu sorpresa,
tus gritos de diablo perdido,
incrédula en tu cama de madera.
Tu luz hija soñando seguramente con enredos hondos y dibujables.
Te duermes y sueñas con fuego.
Esquivas lentamente los rayos de la muerte.
Etiquetas: El loco de oro III
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