lunes, 4 de octubre de 2010

Bibliothèque

Ladran agudas algunas voces que escapan de la bola de palabras inentendibles.
no dicen nada mientras la planta frente a mi termina de leer un libro sobre canibales.
Su boca se cae de besar.
Su cara es una escalera por donde se baja la cabeza al suelo.
Llega al fin de las paginas con sus uñas azules.
De muerte de muerte de muerte la última página.

Ese malvado fumador de pipa que emerge desde la mesa
es la pelea entre nosotros,
sus ojos bien abiertos,
perfectos para apreciar murales.

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