miércoles, 24 de febrero de 2010

Bisnaga uña de gato

Suertudo entre los cactus,
con las neuronas unidas,
con vibras hermosas especialmente dedicadas para él.
Una poesía escrita para él.

Me dijo su boca anaranjada un cuento de unos cactus fríos en el monte.
Me habló, hermosa, de su plateada soledad,
de sus espinas blancas.
Me invento su pasado con soles hermosos,
con suaves veloces volcanes.
Me cuenta el éxito de su rescate,
su himno del don del privilegio.
Me dio eso y la linea de su corazón,
el cajón café y morado de sus tristezas oloroso a jabón,
burbuja que vale un beso,
el primer rojo en la cara.

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