miércoles, 2 de septiembre de 2009

Algos

No puedo inventar un cuento que no se parezca a algún cuento ya escrito. No puedo ser original. Puedo intentar mezclas exóticas. Fáciles de lograr pero difícil de rastrear. Una imagen sin fuente, simple y sin origen, sin nombre de hombre, sin un humano detrás. Pedazos incompletos de momento para los teóricos que muy bien pueden con todas las palabras. Ellos si pueden inventar cuentos originales por que ya saben como se consigue lo nuevo. No saben a donde van pero si saben por donde ir no como yo que más que pensar invento lo que pienso. Por eso yo no puedo inventar cuentos. ... Yo lo que hago es escribir versos, cada uno es una orden acumulable. Versos encima de versos. Uno diciéndole al otro que significar.

Dice uno que volvió a pasar lo mismo pero no de la misma manera, dice que algo cambió, avanzó. Pero no solo las cosas no habían sido igual sino que tampoco habían durado lo mismo, tardaron más. La velocidad había dejado de ser uniforme y se perdieron de repente todas las mitades. Ser mitad ya no era lo mismo, ahora había dos tipos de mitades: de la que todos querían ser y de la que nadie quería ser.

Empiezo a ver lo que nunca miro y que siempre esta ahí: la luz por dentro, la luz dentro de todo, el número. Solo por amor y por arte, por natural.

Cuando vi la casa por fuera no pensé que fuera estar tan mal por adentro. Los primeros momentos que estuve dentro de la casa fueron totalmente oscuros, cien por ciento negros. Pura voz. ... Pronto la luz fue siendo suficiente para ver que no había muebles, solo muchísima arena y hojas secas de muchos tonos amarillos y cafés, aunque no puede ver bien los colores por que estaba oscuro. Estaba totalmente de acuerdo. No estaba mal estar ahí pero no debí de estar ahí. Tan sucio todo y tan malamente despreocupado. Tan imposible de apreciar realmente de nuevo con los viejos ojos de enfermo valiente, enfermo de saltos feroces hacia atrás que serían capaces de matar al simplón mequetrefe que tuviera la desdicha de presenciarlos. Espectáculos que son capaces de destruir a los que tienen mala suerte...

Escapé con el mejor de los tiempos y aún me fui con una invitación para volver. Ven de nuevo a desaparecer, vuelve. Si no tengo nada mejor que hacer conmigo quizás.

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