Los aspectos amables
La terrible existencia que … se presumía no era para nada terrible. No era tan terrible que su hermoso telescopio negro y atascado de polvo no sirviera para nada. No era tan terrible que en su televisión se vieran las mismas cosas que en todas las demás. No era tan terrible su blanco generador de viento, grosero y cínico en el desierto. No era tan terrible su cámara apuntando a la pirámide sobre la pirámide, a la piña muerta ya café, partida y seca, hueca y con corrientillas de aire internas, mundo de colonias muertas. No era tan terrible la tortuga madre ni su tortuga hija, tortugas de muchas patrias.
Etiquetas: La casa profunda (primera parte)
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