Ladran los perros
Ladran
los perros de la tarde mientras el tiempo no corre. Lo adormece la luz del sol,
opaca y fría, celebrada en la alfombra de hierba que cubre el suelo. El tiempo
se muere y se agotan las explicaciones. La muerte invisible sigue mis pasos. La
última vez que mire al sol será igual de pasiva que esta.
Etiquetas: En la noche eterna siempre es primavera
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