sábado, 19 de febrero de 2011

sueño, secreto, sexo, perdón, ofrenda, hijud, enojo contra la poesía

Se fueron sin nombre los sueños
se llevaron sus imposibles
salieron despavoridos cuando la luz gris comenzó a florecer.

Voz de mañana
antes de que llegues todos los jardines habrán sido podados,
todo rastro de secreto negro habrá sido ahogado por la luz.

Lucha natural suave
de cueva.
Silenciosa
esfuerzo de alambre
evidencia.
Nada importa dentro de la roja oscuridad de la cueva.
El tiempo se ha comido los venenos
ya no vienen con las lluvias de tierra plana,
lluvia dudosa que no sabe bien como ser,
no sabe bien lo que es
no sabe lo pacífico de su tranquilidad.

Un cuadro de trigo
que blanco e infernal sostiene
la tremenda presencia del dios del maíz,
dios que enseñó a casar a los hombres y mujeres sin piernas.

Perros del desierto
han interrumpido túneles
han llenado de sol las guaridas
las han llenado de luna,
cae la luz y los granos de arena.
Todas las noches tienen dientes y garras
madres e hijos desaparecen como un ruido de la noche.
El ruido es que se van.

Ese fuerte hilo metafísico
invisible pero blanco,
intocable pero fuerte,
persigue sin que se le note
pesado para quien lo carga.
Demonio clásico,
sospecha correcta.

Intranquilo,
exorcismo innecesario,
serio entre la sexualidad freudiana,
espíritu chocarrero clásico,
modelo de opinión.
Lo máximo que puede pasar
Lo peor que puede pasar
es que te reconozcas.

El otoño es incómodo porque se van las hojas
(noplatiquesdelotoño
nolotoques
nopiensesenelnivivonimuerto
esinútil)
El jardín celoso entre el humo marino
crece fuerte mientras cruza el cielo en busca de la estrella más cercana.

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