miércoles, 6 de enero de 2010

Los escarabajos

Había olvidado a los escarabajos. Dejé de verlos y los olvidé. Y ni siquiera lo noté. Habían desaparecido, pues no había ninguno en mi camino nunca. En esta ciudad no viven escarabajos. Los había olvidado desde dejé de ponerle atención al último que vi.

Un instante no y luego al otro si, ya estaba conmigo una imagen casi completa de un escarabajo sobre casi algún fondo suyo. Conmigo, mucho más cerca que mi cuerpo, conmigo aquí donde estoy pasando, en donde pienso.

¡Los recordé! ... Noté que los había olvidado... Noté que había dejado de verlos. En esta ciudad no viven escarabajos.

Una visión ( o sensación de visión) interior espontánea involuntaria rompió el olvido, pero ¿a qué se debió la imagen? ¿de qué vino? ¿volvió del olvido? o ¿qué me dijo quien me lo dijo?

Yo no la construí, yo no la escogí, yo no llegué a ella, yo no la andaba buscando. Fue una absurda imposición natural que ocasionó un recuerdo que generó una realización absurda. En esta ciudad no viven escarabajos.

...

Soñé y olvidé para andar cerca de la estrella. En mi camino, un escarabajo muerto, poco después uno vivo. Luego más escarabajos. Muchos. ¡Ya viven en esta ciudad! ¡El Universo me lo dijo a mi primero!

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio