Las madres de la iglesia
La sangre con que dijo se ha callado,
se ha vuelto otra cosa.
Es ya otra voz.
Reconoció -sin decirlo-
los mismos pesos.
También los ojos.
De otros órdenes
llegan muertos y heridos.
Escurridos.
Se quiebran alcohólicas y despreciables.
Etiquetas: Dada bajo cielo rosa (pte 2)


0 comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio