Relato de una bienvenida interrupción
Por el momento sin futuro
con mucho presente
sobre venas eléctricas
y cien o ciento seis silencios de humo
que ni el celestial optimismo puede evitar.
no se llame absoluta a la quietud
porque el instante propone novelas de un minuto
que ocurren sin punto
en el más callado de los silencios no absolutos.
De ahí cae cotidiana la lengua,
más allá de meses de desierto,
sobre una ramificación del espacio
- ya no hay porque decir que también del tiempo.
donde pasa la farsa,
la mentira empujadora que comete sistemas.
En el rebotar de la palabra
cómodo se reinstala el pasado
donde el alma nueva lo ubique.
Etiquetas: Magnitud y Maravilla (primera parte)


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