Un hermoso regalo que no alcanzó a abrir
Los próximos días vienen muertos,
ya estan felices en el paraíso.
Aún todo sigue tibio,
aún no se le han dado suficientes vueltas al asunto.
La poesía siempre grita lo mismo.
Obvia, rojiza,
en el segundo párrafo siempre cae en ti,
en un momento de tu vida conmigo.
Nuestra nueva aceleración,
o, en el peor de los casos, mi premio,, mi regalo merecido.
O de plano la piedra quebrándose,
la niña con los brazos vencidos,
todos los agujeros de los hombros explotando en uno solo.
ya estan felices en el paraíso.
Aún todo sigue tibio,
aún no se le han dado suficientes vueltas al asunto.
La poesía siempre grita lo mismo.
Obvia, rojiza,
en el segundo párrafo siempre cae en ti,
en un momento de tu vida conmigo.
Nuestra nueva aceleración,
o, en el peor de los casos, mi premio,, mi regalo merecido.
O de plano la piedra quebrándose,
la niña con los brazos vencidos,
todos los agujeros de los hombros explotando en uno solo.
Etiquetas: La casa profunda (segunda parte)
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